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¿La Champions League corre peligro? Para quienes no hayan visto la noticia, hace unos días el tribunal superior de la Unión Europea sentenció que tanto la UEFA como la FIFA actuaban de manera anticompetitiva al impedir que existieran otros torneos en Europa sin su aprobación. Por lo tanto, ahora cualquiera puede crear una competencia y será decisión de los clubes sumarse a ella o no.
Esta es una historia que comenzó en 2021 cuando 12 clubes europeos quisieron separarse de la UEFA y armar su propia competición. La idea era un torneo de altísimo nivel con el Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid, Juventus, Inter de Milán, AC Milan, Manchester United, Manchester City, Liverpool, Arsenal, Chelsea y Tottenham.

A la UEFA le demoró dos días desarmarlo por completo. Pero no fue sólo la UEFA, sino también las manifestaciones de los fanáticos y de todos los equipos que no formaban parte.
Ahora, con este fallo del tribunal superior, una nueva Superliga Europea fue presentada. Y tiene varios aspectos interesantes para analizar.
El formato de esta competencia, liderada por la empresa A22, ya no es un grupo cerrado de 12 clubes, sino tres divisiones (Star, Gold y Blue) con un total de 64 equipos. Pueden pensarlo como la Champions League, Europa League y Conference League.

La primera pregunta que podemos plantearnos es: ¿Por qué hacen esto? ¿Dónde está el diferencial a lo que existe hoy en día? La Superliga busca atacar un problema que es real: la cantidad de partidos intrascendentes que tiene el fútbol. Incluso para la Champions League, los niveles de audiencia televisiva son muy distintos entre la fase de grupos y las últimas etapas. La gente quiere ver a los mejores equipos jugar entre sí.
En ese sentido, la Superliga plantea la primera de sus tres divisiones con sólo 16 equipos (en vez de los 32 de la Champions). Además, los dividiría en dos grupos de 8, generando un total de 14 partidos por equipo en la fase de grupos (contra los 6 de la Champions).
Pero más allá de la cantidad de partidos, es la calidad. Cuando uno ve los grupos de la Champions, tiene una intuición bastante clara acerca de quiénes serán los que avancen. "La Copa Libertadores empieza en los octavos de final" se lee cada tanto. En la Champions ocurre algo parecido. Y esto, al final del día, genera que la mitad de la competencia sea poco atractiva.
Ahora bien, creo que el punto más interesante de la nueva propuesta es cómo se clasificaría a cada una de las divisiones. Esencialmente, ya no se lograría la participación para el año siguiente por buenos resultados en las ligas locales, sino por los logros obtenidos en la misma competencia. Se planteó un esquema de ascensos y descensos dentro de las tres divisiones de la Superliga.
Si te va mal en la Star, descenderías a la Gold. Y lo mismo con la Blue. En ese sentido, para pasar a la Star, tendrías que quedar entre los dos mejores de la Gold. Y si estás fuera del esquema, clasificarías a través de tu liga nacional pero a la tercera división para luego ascender desde allí.
Este sistema de ascensos y descensos atenta directamente contra las ligas nacionales. Hoy en día, la clasificación a la Champions se consigue mediante el torneo local. Si el Manchester United, por ejemplo, queda entre los mejores cuatro de la Premier al año siguiente juega la Champions. Si no lo consigue, se queda sin esa competencia y los ingresos que representa. Con esta lógica, los clubes no pueden quitar el foco de sus respectivas ligas. La Champions es un premio por buenos resultados locales.
Los argumentos de la Superliga para plantear este formato alternativo son que, por un lado, no tiene sentido que no compitas al año siguiente si tuviste buenos resultados, algo que puede pasar si te fue mal en la liga local. El otro argumento, es que el sistema actual hace muy difícil la planificación económica. Si no tenés certezas acerca de tu participación en la Champions durante los próximos 5 años, no podés contar con esos ingresos. Y si bien la Superliga tiene descensos, implicando que podrías perder esa facturación, es menos probable.
Ahora piensen qué pasaría con las ligas locales si: - La Superliga supone un torneo atractivo entre semana durante gran parte del año (14 partidos de fase de grupos ya serían unos 3 a 4 meses ininterrumpidos); - es económicamente relevante y; - para seguir participando te tiene que ir bien en esa competencia. Probablemente los clubes pongan el foco allí mucho más de lo que lo hacen en las ligas locales. Y por eso vemos que, hoy en día, el mayor problema que tiene la Superliga para llevarse a cabo son las ligas nacionales. Tanto la Serie A como la Premier League comunicaron que aquellos clubes que participen de la Superliga quedarán expulsados de sus respectivas ligas locales.
El panorama para la Superliga luce bastante oscuro al día de hoy. Ninguno de los equipos grandes, además del Real Madrid y Barcelona que son los fundadores, salió a respaldarla. En un punto, tienen el problema del huevo y la gallina. La competencia no se lanzará hasta que no tenga varios equipos importantes a bordo, pero estos no se quieren sumar hasta que no vean su funcionamiento y se convenzan de que les conviene. Será interesante seguir su evolución.
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Santiago.